La Puerta del Buey, ubicada frente al río, recibe su nombre de otra leyenda antigua. El rey Aben-Mafot, tras varios meses sitiado por las tropas de Alfonso X, decidió hacer salir un buey por dicha puerta para hacer creer a las tropas que aún contaban con provisiones suficientes.
La Puerta del Embarcadero se orienta hacia el río Tinto y de ella solo se conservan unos restos. Los historiadores apuntan que era el lugar donde se cargaban los barcos cuando el río era navegable hasta la ciudad. Otros expertos apuntan a que era una salida hacia los baños de los monarcas árabes.
La Puerta del Socorro recibe su denominación por la pintura al fresco de la Virgen del Socorro en una de las paredes del interior de torreón que alberga.
